jueves, 12 de junio de 2008

No me crean tan... Notable!!!

Es, por decir lo menos, escandaloso que el gobierno y su bancada hayan hundido la reforma política. Es de recordar que antes de introducir la silla vacía era el gobierno quien proponía la reforma y alegaba que las costumbres y reglas de la política colombiana debían ser modificadas, poco faltó en ese momento para calificar de urgente el proyecto, y de apátridas y clientelistas a sus detractores. Irónico, que con la parapolítica, la introducción de la silla vacía y la eliminación del aumento del umbral, la percepción del gobierno cambiara, más que en pro de los “intereses superiores de la patria” como nos quiere hacer creer el presidente[*] en defensa de unas mayorías ilegítimas que, como bien dijo en uno de sus pocos momentos de vigilia el ministro del interior, garantizan la gobernabilidad (gran aporte de los paramilitares en el proceso de paz).

Desconcierta también la poco notable comisión que nombra el gobierno para sortear la crisis, sobre todo porque en este país los notables nombrados a dedo siempre suelen ser especialmente independientes de los sectores no afines a quienes las nombran y poco de quienes lo hacen. Pero más allá de la independencia de la comisión y del posible influjo sobre ella de las preferencias palaciegas, es también muy diciente lo poco notables que son sus miembros y lo poco representativa que es,

Hay dos nombres que me despiertan especial suspicacia, tal vez debido a mi poco entendimiento del diseño institucional y de la complejidad de nuestra sociedad, no comprendo qué pueden aportar a una comisión nombrada para llevar a cabo una maniobra desesperada para legitimar lo ilegitimable.

En primer lugar encontramos al notabilísimo Hugo Palacio Mejía, tal vez por la corta edad de este cachaco es que nunca lo había oído mencionar, pero no creo que mi conocimiento o no de las personas las haga menos aptas para la comisión de notables. La suspicacia nace más bien de su trayectoria, muy afín a las necesidades que plantea la reforma. Quién mejor que un ex ministro de Hacienda y ex gerente del Banco de la República para diseñar las instituciones y reglas de juego políticas que regirán un país.

Pero si es desconcertante lo del ex ministro de Hacienda no lo es menos el nombramiento para la misma comisión de la ex senadora Vivian Morales, tal vez nombrada con la intención se hacer parecer que los sectores liberales estarían representados en la comisión, de ella sólo tengo referencia por una entrevista de José Gabriel Ortiz cuando era candidata a las pasadas elecciones parlamentarias, y el leve recuerdo de que fue senadora alguna vez, que fue ponente de la ley de cuotas y que tuvo parte activa en la defensa de los representantes sindicados por la votación en la que el caso de Samper fue precluido. Es también prudente mencionar que tiene o tuvo en algún momento un gran poder de convocatoria entre la comunidad evangélica. Casualmente uno de los grupos que mayor disciplina tienen al mezclar religión con política y que han apoyado constantemente al presidente en sus campañas.

Lo de Humberto de la Calle no es extraño, muy notable él, ha sido gobiernista de profesión, es decir que no se le recuerda, salvo por la época de Samper en que a excepción del gobierno nadie apoyaba al presidente, haber hecho oposición alguna vez. Hay otros tres personajes, ex magistrados los tres, con sendos títulos en derecho y carreras exitosas en la rama judicial, que pueden aportar todo su conocimiento en seguros (Especialidad de Jaramillo) y títulos valores (la de Noguera Calderón), de doña Doli prefiero no hablar, no conozco absolutamente nada.

Y de Montealegre…, bueno que de Montealegre hable Hinestrosa que fue quien según cuentan los pasillos del Externado, le “sugirió” renunciar a la Corte Constitucional, yo sólo desconfío de su apoyo irrestricto desde lo jurídico a cuanta política derivada de la voluntad de José Obdulio y del doctor ternura sale de palacio.

Lo que causa mayor extrañeza es que una comisión de alto nivel, en teoría académica, para la reforma del las instituciones políticas no haya nadie que dedique su vida a estudiar este tipo de reglas y las prácticas que hay alrededor de ellas, sería bueno que la notabilisima comisión se asesorara de los departamentos de ciencia política, de organismos como congreso visible e incluso de Claudia López quien en seis meses descubrió lo que a la fiscalía y a la corte les ha tomado ya por lo menos año y medio.



[*] Pido disculpas a Cesar Mauricio y su manual de redacción, pero nos dice la Real Academia que los cargos, sin importar su majestad se escriben, con minúscula inicial.

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